La finalidad de este blog es encontrarnos y compartir experiencias, aprender de lo que internet nos ofrece y, sobre todo, completar nuestra formación como músicos y como personas (que nunca es suficiente).
La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor, sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso. Franz Liszt (1811-1886)
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Esta entrevista no puede dejar indiferente a ningún intréprete.
ResponderEliminarLa visión de Mischa Maisky (M.M.) sobre cómo interpretar un repertorio suele "chocar" con la siguiente postura: tocar la obra de acuerdo a la época en la que se compuso.
Lo que propone M.M. es: Por un lado, interpretar con libertad, como le plazca al intérprete y, por otro lado, poner nuestro instrumento (chelo, piano,...) al servicio de la música.
En mi opinión esto es contradictorio,ya que ponernos al servicio de la música supone cumplir una misión como intérpretes que es: dar a conocer la obra del compositor a una audiencia lo más fielmente posible a la voluntad del compositor. Por ello, considero que el intérprete tiene la misión de dar a conocer la obra del compositor (esto es para mí ponerse al servicio de la música) a un público y en ningún caso tiene licencia para hacer de la obra lo que quiera cuando la ejecuta ante dicho público, ya que no estaría cumpliendo la voluntad del compositor. De aquí deduzco que el intérprete es un mediador, vínculo, transmisor y traductor de una partitura compuesta para que sea escuchada respetándola como está escrita.
No obstante, sí estoy de acuerdo con M.M en que si nos quedamos sólo con una buena ejecución técnica de la obra, no conseguiremos ser intérpretes, ya que para ello es necesario "entrenar el espíritu", que cada intérprete busque "su personalidad" (esto requiere mucha madurez y reflexiones sobre uno mismo), pero yo añado además que no hay que perder de vista nuestro objetivo: transmitir la voluntad del compositor.
Para ello, es necesario como dice M.M. "conocimiento", y yo por conocimiento entiendo: un acercamiento a las vivencias del compositor, a su estilo, a su carácter y a todo aquello que nos pone en contacto con él.
De esta manera, aquello que al compositor le resulta imposible codificar en una partitura, lo encontremos los intérpretes.
Y, para terminar, todo esto no está reñido con poder enriquecernos de las ideas de distintos intérpretes (como dice M.M.), sino que hay que saber cuál es la más conveniente para estar a la altura de nuestro objetivo último: ponernos al servicio de la música.
Os dejo referencias bibliográficas por si os interesa este tema sobre la interpretación musical. La primera y la segunda tienen una visión parecida. Sin embargo, la tercera es más novedosa y contrastante.Muchos ya la conoceréis es sobre Glen Gould (pianista) que está más cerca de la línea de M.M, pero aún más exagerada.
DESCHAUSSÉES, M. El intérprete y la música. Barcelona, Ediciones Rialp., 1991.
STRAVINSKY, I. Poética Musical. Barcelona, Acantilado Ediciones.1987.
BRENDEL A., El velo del orden. SCHERZO, 2005. (Sobre Glend Gould)
Nerea.